sábado, 30 de abril de 2016

Los textos de la democracia, las fotocopias y el socialismo de la cultura, por Marcelo Marchese

Por Marcelo Marchese
 
El lector acordará conmigo que la ley de fotocopias afecta a los textos de estudios y deja incólume al resto de la literatura. No es dable pensar que alguien fotocopie un libro de poesía, pues ese tipo de lector ama los libros y quiere un trato directo con las palabras impresas en negro sobre blanco y desprecia ese feo gris sobre el gris de la fotocopia.

El lector de Marosa y Levrero querrá hojear el libro y luego colocarlo en su biblioteca. Gozará de verlo allí, de tener el objeto e inclusive, en ocasiones lo comprará con la idea de leerlo algún día. Algunos acumulan títulos, otros dinero y otros libros. Esta tendencia se aplica también a la literatura política y al ensayo histórico y en suma, a toda obra escrita cuya lectura esté dictada por el placer.

Si alguien fotocopia alguna novela será para beneficio del autor y no en su detrimento, como sucede con las canciones ¿Qué más quiere un músico que lo pirateen, que difundan su obra, que le hagan propaganda para que mañana haya gente dispuesta a comprar una canción o una entrada para un recital? El principal enemigo de un artista es la ignorancia sobre su labor.

Antes de abordar el problema de los textos, debemos insistir en la comprensión de esta época que internet y el avance de las comunicaciones ha iniciado. Aún desconocemos los incalculables efectos que tendrá sobre la humanidad el socialismo de la cultura. Si hubiéramos de buscar un parangón, debemos pensar en el Renacimiento y en una de sus creaciones fundamentales, la imprenta, responsable de la difusión de las ideas que alumbraron los tiempos modernos. Aquellos monjes que lentamente copiaban libros, pusieron el grito en el cielo, crearon el mito de Fausto y su pacto con Mefistófeles y arengaron a las masas para destruir al invento diabólico (1). Si en verdad el cine, la música y los textos que miles de millones pueden disfrutar de forma gratuita o casi gratuita, perjudican los ingresos de los creadores, debemos, a la hora de razonar acerca de un fenómeno inevitable, sopesar el beneficio que genera a estos autores y a la humanidad, la vasta difusión de la cultura.

Ahora veamos el problema de las fotocopias vinculado al rubro donde efectivamente tendrá una incidencia. No podemos sino alegrarnos, estando o no de acuerdo con la ley, del debate que ha generado, aunque por ahora es un debate que gira en un eje falso y nadie, absolutamente nadie, se ha animado a ir al fondo del asunto.


¿Cómo funciona el negocio de los textos?


Hace no mucho los textos eran editados en su inmensa mayoría por editoriales nacionales y las obras producidas, de nivel superior a las actuales, pasaban de hermana a hermano. Hoy vivimos los “beneficios” de la globalización. Las grandes corporaciones desembarcaron en el este y el oeste y desplazan a las editoras nacionales. Esto genera dos problemas: por un lado la fuga de dinero que va a las arcas de las trasnacionales, por lo cual no sacamos rédito del dinamismo que podría generar el mercado; por el otro, los libros, en general, responden a la ideología imperante en el lugar donde fueron redactados, cosa evidente en los textos de inglés. Nuestra República permite que sean las trasnacionales las que formen, o formateen, la mente de los estudiantes que luego serán los ciudadanos que gobiernen la República. Pero estos, con ser considerables, no son los únicos perjuicios de la nueva ola. Las trasnacionales descubrieron que a los tres años, digamos, de editado un texto, merma su venta ¿Por qué? Porque comienza a circular usado ¿Cómo impedir que esto suceda? La única manera es redactar un texto nuevo ¿Se redacta un texto nuevo? Sólo de forma aparente, como bien saben los editores, los libreros y una cantidad creciente de padres indignados. El texto será el mismo, pero su título podrá variar y ya no será “El mundo actual” sino “El mundo moderno”, y el orden de los capítulos cambiará, y se buscarán sinónimos para el encabezado de los capítulos, se agregará una página en el prólogo para que no coincida la numeración de una edición y otra, se trocará la foto de Ronaldinho por una de Messi, el libro llamado English pasará a llamarse New English y luego English third edition y se cometerán toda una serie de fechorías con el propósito de obligar al padre a comprar un refrito. No necesariamente el autor, residente acá o allá, ganará un peso en cada maniobra, pues puede que la trasnacional en vez de pagar el famoso 10%, compre el material por cierta suma y se apropie de sus derechos de una vez y para siempre, inclusive al grado de utilizar parte de lo escrito por el autor A, para agregarle lo escrito por el autor B y el C y el D y de esa manera elaborar un texto Frankestein.

Ahora bien, todas estas prácticas están amparadas por la libertad de empresa y de expresión. Uno tiene derecho a corregir su libro. El problema se genera cuando este derecho se invoca con el propósito de ganar dinero de manera inmisericorde, sin corregir nada en absoluto y bajando el nivel, pues de manera sistemática los nuevos textos acompasan el descenso de la educación, de tal manera que de una edición a otra, en un libro de 250 páginas, en ocasiones se le restan 30 o 50. Es una corrección para peor, sin embargo es una corrección para mejor desde el punto de vista de las trasnacionales. La industria nacional, es obvio, se acomoda a esta metodología e inventa sus propios recursos para sobrevivir, pero lo importante aquí es destacar el peso creciente de las trasnacionales en la difusión de ideas, los recursos que estragan y la metodología que han impuesto.

Ahora bien ¿no es el momento de iniciar un debate sobre nuestra educación en bancarrota y nuestra nula política de textos? Sabemos que estamos comprando a precio de nuevo el viejo libro reciclado ¿Seguiremos aceptándolo? ¿Nos preocuparemos por la pérdida de los derechos de autor del escritor de un workbook, cuando lo más probable es que la editorial posea la totalidad de derechos sobre su obra?

Nuestra República permite que se instalen pasteras con exoneraciones de impuestos que absorben agua a toneladas y erosionan nuestro suelo. Nuestra República permite que miles de familias paguen fortunas por un nuevo texto de catadura muy dudosa, que es diferente y al mismo tiempo igual al anterior y cuyo beneficio económico irá quién sabe a dónde ¿Hasta cuándo permitiremos que se erosione nuestro suelo, la mente de los estudiantes y la República toda? Discutamos la política de textos de la República, habida cuenta que debemos abocarnos con urgencia a la formación de los ciudadanos. No hacerlo es estúpido y criminal.

Las fotocopias incidirán en la edición de textos nacionales universitarios con su perjuicio económico correspondiente. Por un tiempo se puede implementar para las fotocopias de textos, sean nacionales o no, toda una batería de medidas, como el pago de un impuesto por parte de las fotocopiadoras, monto que deberá destinarse a las editoriales y autores que crearon un libro, de igual forma que Agadu cobra cada vez que una radio o un boliche pasan una canción y ese dinero se redistribuye entre los autores. Se puede implementar que las Universidades y todo centro de enseñanza, al elaborar un repartido o al fotocopiar un texto dentro de su recinto, pague un canon determinado a las editoriales de las cuales saca provecho. El Estado, en suma, puede destinar fondos que utiliza vaya uno a saber en qué áreas penosas y comprar a las editoriales sea libros, sea eBooks, para asegurar el acceso de todo estudiante al material de estudios.


El futuro del libro


Mas el libro, así como lo conocemos, tarde o temprano desaparecerá (2). Sólo quedarán librerías que vendan antigüedades, y, por cierto tiempo, libros nuevos en papel para aquellos que ansíen su olor y textura. Este cambio tendrá consecuencias diversas y contradictorias que sólo podemos sospechar ¿Cuando nació la radio alguien imaginó que a medida que encumbraba a los grandes artistas, destruía a los músicos barriales, que es una forma de decir que destruía la música en vivo, de una capacidad terapéutica infinitamente superior a la que uno escucha por cualquier otro medio? Acaso en el futuro se logre algún tipo de control sobre el arte que uno descarga y en ese caso se librará una batalla contra los llamados piratas, quienes reclamarán que el arte vuelva a su seno, pues el artista no es otra cosa que un miembro sensible y pensante de la naturaleza y estimulado por la naturaleza, a quien devuelve, reelaborado en arte, lo que ha recibido. Esa lucha ya la vivimos y aumentará de tal manera que signará un futuro donde el Capital, como aprendiz de brujo, pretenderá dominar las fuerzas que ha contribuido a desatar.

Recién estamos en los prolegómenos de este nuevo Renacimiento; sólo sabemos que ninguna violación al derecho de autor ni dinero perdido evitará que un artista diga lo que precisa decir. Nadie ni nada podrá contra eso. Puede que el arte sea bastardeado, como se bastardea la música con el MP3, y puede que se inicie el fin de esa odiosa, estúpida y falsa división entre artistas y público ¿Quien sabe si entre las consecuencias del socialismo de la cultura no se encuentre el redescubrir que todos somos artistas, matemáticos, cocineros, historiadores y políticos? Sea de ello lo que fuere, no pagaremos un impuesto eterno al primer homínido que dominó el fuego. Su descubrimiento inauguró una nueva era para la humanidad y nos definió como especie. Somos lo que heredamos y sólo nos apropiamos de aquello que fue hecho por nosotros y nos pertenece.




(1) El Fausto de Christopher Marlowe. Pensamiento salvaje. Marcelo Marchese. Editorial el mendrugo.

(2) ¿El progreso dice adiós al libro? http://www.rebelion.org/noticia.php?id=146706

viernes, 29 de abril de 2016

Operación limpieza

Por Soledad Platero Puig

El comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, anunció ayer que la institución que integra tiene una idea para aportar al diálogo social convocado por Tabaré Vázquez (ver "Ma ni-ni"). Todavía no la presentaron porque no les tocó el turno de ir a conversar, pero el comandante ya adelantó que se trata, ni más ni menos, de un plan que podría resolver la desagradable situación de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los ni-ni, esos chicos que constituyen el desvelo de las autoridades de los más diversos ámbitos y que apenas existen en su negatividad o en su ausencia, es decir, allí donde faltan. Manini dice que ellos podrían darles “a los ciudadanos que hoy por hoy no tienen en el horizonte una vía de salida a su situación, que no están trabajando ni están estudiando y que tienen cerradas las vías para transitar en la vida” la oportunidad de ser incluidos en las unidades militares para “darles en ellas educación cívica, prepararlos en valores, darles cierta disciplina, darles normas de higiene, primeros auxilios, enseñarles oficios [...]”. Darles, en suma, “la posibilidad de poder transitar por la vida con ciertas herramientas que hoy, en su estado de marginalización, no tienen”.

No deja de ser conmovedora la convicción con la que el comandante en jefe del Ejército asume que todos los jóvenes que no estudian ni trabajan son personas poco aseadas, carentes de disciplina y de valores, marginales y sin rumbo. Personas que podrían cambiar su lamentable circunstancia si se les inculcaran saludables hábitos higiénicos, rutinas estrictas y habilidades con las que ganarse la vida honradamente. Claro que no es todo tan sencillo: para que el Ejército pueda hacerse cargo de semejante tarea redentora hace falta un marco legal apropiado y, sobre todo, un presupuesto que permita llevarla adelante. El comandante cree, además, que sería bueno que los jóvenes que formen parte del proyecto cobren algún incentivo; un viático equivalente a la mitad de lo que gana un soldado. Poco dinero, en realidad, pero valioso desde el punto de vista simbólico, y útil para que el joven en proceso de recuperación saboree el orgullo de contar con dinero ganado en forma honesta.

La idea de que los descarriados pueden enderezarse a fuerza de trabajo y disciplina no es nueva, por cierto. La historia está llena de momentos en los que se consideró apropiado que los díscolos ingresaran a la milicia, y los ejércitos -en especial los destinados a servir fuera de fronteras- muchas veces reservaron un lugar para los que tenían cuentas pendientes con la Justicia o pretendían dejar atrás pasados tormentosos. Y a fin de cuentas, detrás de campañas como Knock out a las drogas (orientada a retirar a los potenciales adictos de las calles y volcarlos al sano deporte de agarrarse a trompadas) o de declaraciones como las del ex presidente José Mujica sobre la pertinencia de meter a prepo a los drogadictos a trabajar en el campo, no hay sino esa convicción de que el trabajo duro, el esfuerzo físico, la disciplina estricta y el respeto a la autoridad pueden poner fin a los tormentos del alma y las veleidades del carácter.

El asunto es que los jóvenes que no estudian ni trabajan no deberían ser asimilados así, aproblemáticamente, a la categoría “vago/mugriento/marginal/delincuente” (“pichi”, dicen algunos para implicar todo eso de manera sintética y conclusiva). Estar fuera del sistema educativo puede tener que ver con muchas cosas que no son, necesariamente, una especial vocación rebelde o beligerante. El primer enemigo de la educación, me temo, es el absoluto desprestigio en el que la hemos venido hundiendo desde hace décadas. No veo por qué razón un adolescente tendría que creer que es bueno educarse, si el Estado y la sociedad tampoco parecen muy convencidos. Durante el anterior período de gobierno convivió la promesa de “educación, educación y más educación” con las declaraciones, un día sí y otro también, del presidente de la República a favor de la implementación de rápidas carreras técnicas que dieran respuesta a las necesidades de personal del sector empresarial. ¿Para qué podía servirle a un joven de escasos recursos saber de Aristóteles? se preguntaba Mujica en aquellos días. Para nada, realmente, excepto para entender las bases que organizan todo el conocimiento occidental, para preguntarse por las fronteras entre la ciencia y el arte, para intuir un concepto de política inherente a la condición humana, para ser capaz de enunciar sus inquietudes y aventurar hipótesis críticas sobre su circunstancia. Nada que un muchacho pobre necesite saber en estos días en que hace falta tanto personal que sepa manejar un tractor importado.

Es una lástima que el mercado de trabajo tampoco resulte tentador para estos jovenzuelos dejados de la mano de la fortuna (no me explico por qué, considerando los suculentos salarios que se pagan en el mercado a quienes recién empiezan).

Tampoco es seguro que el actual discurso de las autoridades educativas, ese que mezcla metáforas genéticas con apelaciones al territorio, tenga mucho para decir sobre esa figura fantasmática del sistema que son los jóvenes que no estudian ni trabajan. La educación (la institucionalidad educativa) no parece muy segura de sus propias fuerzas redentoras, y más bien se decanta por multiplicar los esfuerzos de contención al precio de sacrificar, en el altar del buen desempeño productivo, todo lo que de apasionante tiene el conocimiento.

Nadie sabe bien quiénes son ni qué quieren los ni-ni, aunque estén medidos y clasificados en cientos de planillas. Ante ese desconcierto, es esperable que muchos crean que la del comandante en jefe es una gran idea. A fin de cuentas, cuando no hubo quien juntara la basura, el Ejército se encargó de hacerlo. Y lo aplaudieron.


Tomado de La Diaria

domingo, 24 de abril de 2016

Daños colaterales de la ley anti-varón


El Consejo de Ministros del gobierno (Frente Amplio, izquierda neoliberal), ha enviado al Parlamento un proyecto de ley contra la violencia de género hacia la mujer, que no sólo rompe uno de los principios del pacto republicano, la igualdad formal ante la ley entre personas capaces, sino que con seguridad dejará un tendal de víctimas entre varones inocentes, niños utilizados como rehenes y abuelos alejados de sus nietos.

La lógica del proyecto se parece demasiado a la de los que piden un Estado policial: ante las dificultades que se presenta a la hora de reprimir a los delincuentes, denle rienda suelta a la violencia del Estado, eliminen o suspendan las garantías constitucionales de los señalados como delincuentes (y por añadidura la categoría social a la que pertenecen: los pobres) y saquen a los militares a la calle. En esta lógica de guerra, el enemigo es expulsado del campo de lo plenamente humano o colocado en posición subordinada, en una categoría social cuyos Derechos Humanos coliden con los de las categorías socialmente mejor valoradas. En todo caso, cuando la evidencia muestra el volumen de los "daños colaterales", es decir la cantidad de víctimas inocentes y la profundidad de los daños, la misma es reinterpretada y reducida en su valor social en tanto medio para cumplir un bien superior que lo justifica.

En el nuevo proyecto, las garantías legales de los varones adultos se desvanecen ante la sola potencia del relato de la mujer que se presenta como víctima, sin necesidad de presentación de pruebas materiales de su acusación, sin inmediata defensa del acusado. El relato es evaluado por un grupo de expertos (mayormente "expertas") imbuídos en una versión más bien esencialista de la teoría de género, y la valoración del desempeño lingüístico y actoral de la acusadora, viene a sustituír a la prueba en un "juicio justo" dentro de nuestros parámetros culturales. De este modo se busca un atajo para sortear la dificultad probatoria de las mujeres víctimas de la violencia por parte de varones, que es una dificultad real, sin dudas, y que mantiene a muchos varones violentos en un lugar de impunidad. El problema está en que se abre la puerta al uso del medio judicial para la agresión a través de la denuncia falsa contra los varones. en este sentido es significativo que los voceros de este tipo de solución inmoral se empeñen en demostrar la inexistencia de las denuncias falsas en esta materia, o su condición estadísticamente despreciable.

Según los discursos de género, la dominación masculina, el patriarcado, sería una pauta cultural transversal que, a la vez que construye entre los humanos -cuya potencial diversidad biológica y psíquica es amplia- una reducción binaria en la cual el lugar "mujer" está ligado a las tareas reproductivas (biológicas y económicas). Esta distancia respecto de los medios de producción (ya sea en la condición de propietaria, gestora o asalariada) genera una desventaja evidente para las mujeres, que se profundiza sobre el final del período feudal, ya que, como bien señala Federici, el sometimiento de la mujer al lugar de ama e casa era una necesidad funcional del capitalismo naciente, en la medida que la relación asalariada (y el final de la esclavitud y la servidumbre) desplaza el costo de la reproducción de la fuerza de trabajo del amo y el señor a la unidad familiar del asalariado. Diría Foucault que el sometimiento de la mujer y su simultánea posición como agente disciplinador dentro del hogar, garantizando la regularidad de los ritmos de alimentación, sueño, higiene, colaboró en la sujeción de la clase obrera al aparato productivo. La segunda mitad del S XX si bien posicionó a las mujeres más cerca del aparato productivo, dándoles de hecho medios materiales para una mayor autonomía relativa respecto de los varones, las sobrecargó con un doble trabajo: fuera y dentro de casa. De ahí que las feministas radicales de izquierda, interpretaban correctamente que la liberación de la mujer es una causa anticapitalista y no hay superación posible del capitalismo sin ella. La mujer que se libera, libera al varón, libera a todos.

El problema, tal vez, ha sido que la pérdida de la esperanza y de los proyectos sociales concretos de superación del capitalismo, ha subsumido a algunas variantes del feminismo en una condición de pérdida de la vocación de movimiento por la universalidad. Es decir, se han volcado a un narcisismo posmoderno y autocomplaciente, a un refuerzo continuo de la propia identidad de género que ha reinterpretado a las teorías de género de modo esencialista: la mujer sólo puede ser víctima y el varón sólo victimario, en el marco de un patriarcado total, siempre vigente. Esto a su vez, se agencia con la expansión de un discurso público anti-varón, que se manifiesta en el humor y la promoción de estereotipos denigrantes contra los varones en los medios masivos de difusión: el varón es desordenado, haragán, violento, poco sensible, heterónomo y egoísta; una misandría que se va naturalizando, apoyándose en la culpa colectivizada dentro de la categoría "varón" por las históricas y actuales violencias contra las mujeres, situándolo como encarnación del Mal. De modo simétrico, todo lo que se dice sobre las mujeres en el discurso público es positivo: abnegada, sacrificada, pacífica, ordenada, resiliente, autónoma y solidaria, la encarnación del Bien. De aquí que la violencia de las mujeres contra los varones sólo puede verse, en la más benigna interpretación ginocéntrica, como una eventual particularidad psíquica, estadísticamente insignificante, y en la más extrema, como una imposibilidad en el campo de lo real. No es admisible dentro del discurso una relación de dominación en la cual el papel dominante lo ocupe la mujer y en el cual ésta ejerza diversos modos de violencia contra el varón. Por ejemplo, la cifra de varones muertos en el ámbito familiar a mano de sus parejas mujeres, tiende a suprimirse en los reportes sobre violencia doméstica o a ser codificado de modo automático, sin investigación, como acto de reparación por un agravio machista, a tal punto que en España, cuya legislación es modelo para la ley anti-varón uruguaya, se ha prohibido publicar esas cifras, para evitar que se debilite la interpretación victimista de la mujer.

Los grupos feministas "de la diferencia" y "radicales" que se han encaramado a los aparatos del Estado, tienen especial cuidado en atacar y difamar al feminismo igualitarista y al feminismo "queer". Al primero por su pretención igualitarista y universal y al segundo por su sofisticada deconstrucción y ataque al binarismo, al dualismo primitivo que no permite comprender la dinámica de las relaciones de poder, el carácter arbitrario de la construcción de los géneros, históricamente situable y sobre todo el hecho que la posición dominante puede ser ocupada también por las mujeres, que también son humanas y por lo tanto moralmente falibles.

Esta nueva ley podría redefinirse como "ley de condena del varón por sola voluntad de la mujer". Paradójicamente, esta carta blanca a la violencia de género contra los varones utilizando el brazo derecho del Estado, no reducirá la violencia de género contra las mujeres. El alejamiento inmediato de los hijos por tres meses, la enajenación de los bienes del varón en favor de su pareja mujer, estas dos medidas dictadas como "cautelares" por sola denuncia, y ni que decir la propuesta exculpación del homicidio del varón por "sufrimiento prolongado" de la mujer, no harán otra cosa que generar más distancias, miedo, odio, violencia, en todas las direcciones posibles.

Las mujeres tienen derecho a la protección social contra la violencia machista y la discriminación, pero este no es el camino.

Imagen: LicenciaAtribuciónNo comercial Algunos derechos reservados por khengsiong

sábado, 23 de abril de 2016

EL PROBLEMA DE LA UNIDAD EN UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (Análisis de la estrategia del Partido Comunista Uruguayo a la luz de los resultados)


Por José Luis Perera
       
        -  SÉPTIMA PARTE -

¿QUÉ HACER?

Lo primero a analizar es estas cuestiones: ver lo que que se ha avanzado –si es que se ha avanzado-, y si no se avanzó, por qué, qué es lo que hay que modificar de la estrategia y la táctica. Si hace más de medio siglo el PCU se planteó como estrategia la unidad de la clase obrera y de las fuerzas de izquierda, para lograr determinados objetivos básicamente anticapitalistas, antilafundistas, antioligárquicos y antiimperialistas, y habiendo logrado la unidad hoy estamos parados en el mismo punto que hace medio siglo atrás (siendo generosos), algo necesita ser analizado.
Y lo que digo y propongo no es una genialidad que se me haya ocurrido a mí, puesto que eso no es algo que suela pasarme. Lo que digo y propongo ya lo decía Lenin hace bastante tiempo:

Lo más seguro, cuando se trata de un problema de ciencia social, y lo más necesario para adquirir realmente el hábito de enfocar este problema en forma correcta, sin perdernos en un cúmulo de detalles o en la inmensa variedad de opiniones contradictorias; lo más importante para abordar el problema científicamente, es no olvidar el nexo histórico fundamental, analizar cada problema desde el punto de vista de cómo surgió en la historia el fenómeno dado y cuáles fueron las principales etapas de su desarrollo y, desde el punto de vista de su desarrollo, examinar en qué se ha convertido hoy”. (V. I. Lenin. "SOBRE EL ESTADO". Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919).

Si se elaboró una línea política cuya estrategia central era una lucha antimonopolista, antilatifundista, antiimperialista, como forma de acumulación de fuerzas para crear la base para la política de alianzas del partido y su actividad en el movimiento obrero y popular con el objetivo de resolver la cuestión fundamental del poder; poder popular que crearía la base económica cuya característica básica sería la socialización de los medios de producción concentrados y la planificación central, y hoy se está integrando un gobierno cuyo norte es el libre mercado y se asusta hasta de construir un frigorífico multimodal que no asustó al batllismo, allí hay cosas para analizar.

La realidad objetiva nos dice que no existe un sistema socioeconómico intermedio entre el capitalismo y el socialismo, y por lo tanto no existe un poder intermedio. El poder lo ejercen las clases dominantes. Si bien el Partido desarrolló la teoría de “democracia avanzada”, la misma tiene que ver con determinadas características políticas que estamos lejos de tener. Y en este punto quisiera transcribir unas reflexiones de María Luisa Battegazzore en lo que tiene que ver con la categoría “democracia avanzada” en Rodney Arismendi:

DEMOCRACIA AVANZADA

En Lenin, la revolución y América Latina, un extenso estudio del problema de las vías, la expresión “democracia avanzada” –por lo demás, un término de raíz leninista- reviste básicamente dos sentidos. Primero, orientación política: así habla de “partidos y personalidades democráticos avanzados, en general subjetivamente socialistas ...” Pero además, caracteriza un régimen político-social que, al mismo tiempo, pueda ser camino de aproximación al socialismo, dependiendo de las condiciones histórico-sociales, en particular, de qué clases o sectores de clases hegemonicen el bloque histórico. Entre los conceptos de “régimen” y “ruta”, estado y proceso, no hay relación de exclusión, sino contradictoriedad dialéctica”.

Y más adelante:
A nuestro parecer, en el pensamiento de Arismendi, la posibilidad de que, dentro del marco de las instituciones burguesas, un gobierno con mayoría de las fuerzas populares alcance a configurar un régimen democrático avanzado, deriva de las siguientes condiciones:

- el carácter de clase del bloque social que lo impulsa y qué clase o sectores de clase tienen la hegemonía o la adquieren en el curso del proceso

- el programa que efectivamente ponga en práctica, esto es, su capacidad de tomar medidas radicales en el sentido de la democratización de las relaciones económico-sociales y también jurídico-institucionales, ensanchando la participación efectiva, y no sólo formal, del pueblo en las tareas de gobierno.

- la acción de las masas populares conscientes y movilizadas, sosteniendo e impulsando el proceso, imprimiendo su sello y marcando rumbos

- una orientación al menos subjetivamente socialista, es decir, la voluntad y el proyecto de trascender y superar los marcos del capitalismo.

Esto excluye el concepto estático de democracia avanzada como etapa cerrada. Pero sobre todo implica la preparación consciente en esa dirección, que exige modificar no sólo las relaciones económicas y jurídicas. Es necesaria una transformación moral: educar en nuevos valores, crear nuevos hábitos, nuevas formas de convivencia, construir en la vida social las formas concretas de realización de las tendencias democratizadoras, “de cara al futuro y no al pasado”. Sería bueno recordar las conclusiones de Lenin a partir de la experiencia del trabajo voluntario, así la forja del “hombre nuevo” que proponía el Che. Pensamos que es en este sentido que Arismendi habla de “los valores universales de la democracia”

En ese sentido, difícilmente podamos hablar de democracia avanzada hoy en día, ni por las clases que conducen, ni por el programa que se pone efectivamente en práctica, ni por la acción de las masas sosteniendo el proceso, ni por una orientación al menos subjetivamente socialista, ni por una voluntad de superar los marcos del capitalismo. Eso está claro. Pero tampoco me atrevería a decir que estamos avanzando en democracia rumbo a una democracia avanzada.

Y no quiero dejar de darle la importancia que se merece a la cuestión de la “transformación moral”. Es bueno pensar en cuales son los valores que se están inculcando (al interior de la fuerza política gobernante y hacia la sociedad en su conjunto) cuando un presidente (Tabaré Vázquez) le miente a su fuerza política y a los miembros de su gobierno cuando decía que no estaba gestionando un TLC con los Estados Unidos, o cuando le oculta a su gobierno y a su fuerza política cuestiones tan relevantes como el pedido de ayuda a Bush (pero lo cuenta graciosamente en un colegio del Opus Dei), o cuando actuó abiertamente contra resoluciones de su propia fuerza política (veto a dos leyes votadas por el FA, la del aborto y la del seguro que beneficiaba a los trabajadores). O cuando Mujica y Astori concurren al parlamento a decirles a los legisladores que no votaran la ley de anulación de la impunidad que expresamente había mandatado el Congreso, la Mesa Política Nacional y tres Plenarios Nacionales consecutivos.
Y es bueno plantearse estas cuestiones morales cuando quienes actuaron de esa manera fueron premiados con una nueva presidencia, una nueva banca en el senado o un regreso al ministerio de economía en lugar de ser sancionados. O cuando el vice presidente Sendic miente descaradamente acerca de un inexistente título que ostenta y un Plenario lo ovaciona y santifica.

La agenda pornográfica de la legalidad


Por Ricardo Viscardi
Usualmente los cambios de fecha en una publicación períodica se justifican como efecto de contingencias inevitables. Un desastre climático como el que acaba de sufrir el Uruguay, por ejemplo, bajo tornado e inundaciones. La tardía aparición de este blog se debe al contexto inverso: la necesidad de calibrar la agenda como un efecto en sí misma, no de circunstancias ajenas a la planificación, sino por el contrario, como la propia legalización informativa de eventos programados.
El tema elegido para una edición abandonada de este blog era, días atrás, “Panamá Papers”. Entre el domingo y el lunes pasado, la resolución de la cámara de diputados del Brasil desplazó del primer lugar de actualidad el sonado asunto de un nómina de notables, vinculados a eventuales maniobras de evasión fiscal. Aunque no surja del comentario periodístico, el empleo de la legalidad por parte del estudio jurídico panameño especializado en empresas off-shore integra la misma “burbuja jurídica” que el voto parlamentario inverosímil, pornográficamente destinado a inducir un juicio político artificioso (impeachment). El desplazamiento horizontal de la actualidad (se abandona una noticia por otra), pese a la verticalidad del concepto (la mera manipulación institucional de la norma legal) que vincula los dos casos entre sí , esconde el vergonzoso mutis por el foro, ya ahora en borroso tercer plano, de una campaña acerca de la legalidad puesta en cuestión de un mérito académico, aducido en el Uruguay por el vicepresidente en ejercicio.
Al galardonar su candidatura en las elecciones últimas con méritos que no podía documentar, el actual vicepresidente dio un flanco débil, que junto con la desmañada administración de ANCAP (empresa pública de combustibles) por parte del mismo Sendic (joven figura “presidenciable”), facilitó una empeñosa campaña de los partidos de oposición, destinada a sellar el paquete mediático con el sonsonete regional de “corrupción de izquierda”, nada menos que en rango vicepresidencial.
¿Quién podría, en efecto, seguir sosteniendo que la honorabilidad nacional pende de un hilo por causa de un diploma aducido pero no presentado por el Vicepresidente Sendic, cuando la información facilitada por “Panamá Papers” incluye a Uruguay en tanto “buque insignia” de la participación sudamericana1 en el famoso bufete fabricador de legalidades sospechosas? Más allá de la participación de algunas figuras públicas incluidas en la izquierda tradicional (conviene entender por tal, al día de hoy, al Frente Amplio en su conjunto), la derecha lleva la parte del león en ese galardón continental, no sólo en figuras de candidatos con perfil presidencial, sino ante todo en relación a méritos históricos. Trabajosamente desmanteladas después, las SAFI fueron creadas en 1948, pero habilitadas para actividades “off-shore” en el período posterior a la dictadura, en el momento en que la derecha en el poder votaba la Ley de Caducidad y postulaba un “proyecto de país” acorde a ese estado de anomia del Estado.2 Ese proyecto destinado a convertir al Uruguay en un “paraíso fiscal” prosperó a punto tal, que pese a todos los esfuerzos realizados después para desmantelar normativas de ocultamiento empresarial, todavía recientemente la OCDE incluyó al Uruguay en una “lista gris” de “paraísos fiscales”.3
El abismo que media entre la torpeza de un candidato embalado con un resbaladizo lucimiento a futuro y un “proyecto de país” enjundiosamente impulsado, a su vez, por un lucido staff nacional de políticos, estudios jurídicos y empresarios, nos dice a las claras que el desvanecimiento súbito de la campaña contra el “fraude de méritos” de Sendic pone en evidencia una agenda pornográfica de la legalidad (es decir, la prostitución de la legalidad).
Esta cuestión ya abandonó la interrogación acerca de la “representación pública” (delegación de soberanía) y se dirige de lleno al asunto de la planificación mediática de la actualidad. Tal estrategia de medios (que académicamente se denomina “planificación de medios”) es lo que conviene entender hoy por “agenda pública”, como lo viene a desmostrar no sólo la pornografía mediática que cunde en la actividad partidaria -ante la propia impotencia representativa, sino sobre todo la constatación de la imposibilidad de agendar la información en la perspectiva de un programa histórico: esto es, según un proceso de hechos determinantes, a su vez, de un orden de consecuencias. La misma circunstancia mediática cambia de plano la incumbencia del asunto: no se trata de la estrategia del poder (soberano: uno e indivisible) dividido en sus atribuciones y ejercido sobre sí mismo por un conjunto ciudadano, sino del poder de estrategias en conflicto entre sí. Como en todo conflicto, estos efectos son desordenados y desordenadores y perforan, para comenzar, dos teorías de la agenda pública.
La primera es la que aduce la trivialización de la información en “enterteinement”: diversión, magistralmente evocada en el film “Moulin Rouge”.4 El arte ha abandonado lo sublime y ha sido arrojado, como el ser-en-el-mundo heideggeriano, en la opacidad de la fruición inmediata. Este planteo manifiesta la nostalgia de un sentido perdido de la trascendencia , que en la modernidad corresponde al destino histórico, es decir a la liberación, de la que Heidegger se encargó de develar el trasfondo escatológico cristiano (toda liberación es liberarse “para algo”, luego, no se “libera” sino por provisión de un destinador-salvador).5 Este tremendismo de la nostalgia moderna se ve desmentido por los propios efectos que generó la mediatización tecnológica: auge de los movimientos sociales, de las identidades desviantes, de la movilización por redes, según condiciones de poder que no empiezan ni terminan en las instituciones representativas (la legalidad de Estado) y la socavan, por lo mismo, aún más eficazmente.
La segunda teoría es la denominada “agenda setting”, que se vincula al campo de los estudios de comunicación. En este planteo la actualidad es efecto de una prospectiva elaborada en las redacciones periodísticas, de cara a una elaboración en continuidad y profundidad de la información. Esta explicación reforma la matriz de los procesos generativos de consecuencias que les siguen ordenadamente, según el criterio moderno que reseñábamos anteriormente. La concepción de una programación estratégica se encuentra transferida, desde el “intelectual orgánico” hacia la redacción de los medios de prensa sin modificar, pese a la mutación de agente, la economía general de la información, que se supone anclada en la determinación de procesos signados por la continuidad y la articulación estructural (es decir, la naturalización de los eventos humanos). El “intelecto periodístico” parece, sin embargo, particularmente atravesado por contradicciones, que salen a luz suscitadas por la propia pornografía de la legalidad. No sólo dos medios de una misma área ideológica (Búsqueda y El Observador) se contraponen en cuanto a la necesidad de publicar la nómina de personalidades involucradas en el caso “Panamá Papers”, sino que dentro de un mismo medio (El Observador) un periodista sostiene que tal caso debe mantenerse entre bambalinas de redacción para no perjudicar el “sano derecho a enriquecerse”,6 mientras otro sostiene que el “affaire” en cuestión ha aportado significativamente a la “transparencia” como efecto de la intervención periodística.7 La misma contraposición se encuentra entre medios internacionales, donde “Le Monde” le adjudica a “La Nación” el maquillaje, bajo excusa de “legalidad”, del mismo sonado caso, en aras -Le Monde dixit- de ocultar la participación del propio Macri, al día de hoy, mascarón de proa en Pro de la derechización regional.8
Quizás convendría entender que el debilitamiento semántico de la información, como efecto de la multiplicación mediática, promueve asimismo la apropiación particular desde los más diversos puntos de vista y procedencias. Consignados a innúmeros registros diversificados y multiplicados, los “hechos” devienen en un maremagnum de lecturas, con el efecto de disolver la integración crítica y solventar el apocalipsis de la universalidad. Distinguiéndose por lo insólito de una contraposición, el ordenamiento del galimatías informativo proviene de la posición insospechada, cuando se sostiene en la propia verosimilitud del contexto noticioso.
La declaración de Obama condenando a las empresas off-shore en razón de la propia legalidad que revisten,9 descolocó a todos los manipuladores de información que pretendían justificar, bajo excusa de legalidad normativa, que la empresa es buena en sí porque deja ganancias. Obama recordó el fundamento del asunto: lo común se debe a un contexto propio, no a un paraíso fiscal. Hacer jugarretas de sobreprecios e intra-facturaciones escudándose en una diversidad legal, que también esconde una unidad de beneficiarios, no es otra cosa que un “juego de la mosqueta” protagonizado por gente conspicua. Ya lo había dicho Kant de la aristocracia: lo mundano es propio de aquellos que están demasiado cerca entre sí y demasiado lejos de los demás. Hoy esa condena kantiana de la mundanidad corresponde a las cumbres, tan nevadas como oscuras, del empinado jet-set político-empresarial.
Obama descoloca, asimismo, al propio sistema económico de su país, emporio y origen de las empresas off-shore, a punto tal, que no se encuentra sino una minoría de empresas y ciudadanos estadounidenses entre los millones de “Panamá Papers”: están escudados por el secreto que les proveen los propios bancos yankees.10 Este doble off-side que sanciona Obama al fin de su mandato, manifiesta la propia contradicción inherente a la figura que reviste: aquel país de minoría afrodescendiente postergada no puede concretar, sino como un efecto más de agenda, la esperanza liberadora de un “presidente negro”: lo viene a poner de relieve la propia denuncia del presidente (“negro”) del mayor “paraíso fiscal” del planeta.
Podría el lector preguntarse el porqué del adjetivo “pornográfica” para calificar la manipulación de la agenda de la legalidad. Conviene ante todo reconocer la progresiva legalización de la pornografía. Corresponde que así sea, para beneficio de las partes involucradas, a las que el secreto no mejora en ningún sentido. Conviene asimismo recordar, en aras del sinceramiento de inclinaciones y opciones que conlleva la misma legalización de la pornografía, la cuestión suscitada por un caso más sonado que el propio diploma requerido a Sendic. Dedicamos en su momento una actualización de este blog a la familia Sexxxton.11 Tal núcleo se encuentra compuesto por madre e hija, que protagonizan por igual y conjuntamente, actuaciones pornográficas. El fundamento que arguye la hija para justificar tal alteración de las conductas familiares, consiste en la ganancia inaudita que procura esa transgresión ética. Las declaraciones al respecto de las involucradas agregan que, ante todo, no se infringe la norma legal. En medio del sexo grupal y explícito con protagonistas masculinos, madre e hija no incurren en contacto físico alguno, de forma tal que no se incurre en el delito de incesto. Una agenda de actuaciones pornográficas procura pingües ganancias, dentro de un marco legal e incluso, familiar. Una agenda pornográfica de la legalidad que, como tantas otras, protege la ganancia obtenida en el más escrupuloso respeto de las formas jurídicas.


Notas:
[1]    “15 Copas América” Montevideo Portal (08/04/16) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?304701,17
[2]    “Sin SAFI no hay paraíso” Montevideo Portal (4/09/09) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?91199

[3]    Ver en este blog respecto a esa coyuntura “La derecha de la Ocde” http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2007/02/ricardo-viscardi.html  y “No favorecemos un paraíso fiscal, pero propiciamos un Infierno Moral” http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2011/11/no-favorecemos-un-paraiso-fiscal-pero_2891.html
[4]    Moulin Rouge (2001) http://www.imdb.com/title/tt0203009/
[6]    Ferreira, G. “¿Porqué El Observador no nombra a los uruguayos con off-shore?” El Observador (7/04/16) http://www.elobservador.com.uy/por-que-el-observador-no-nombra-los-uruguayos-offshore-n893267
[7]    Arregui, M. “Panamá Papers: barquito de papel” El Observador (09/04/16) http://www.elobservador.com.uy/panama-papers-barquito-papel-n893949
[8]    “Con la conciencia manchada” El País (15/04/16) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-297008-2016-04-15.html
[9]          “Barack Obama sobre los Panamá Papers: “La evasión fiscal es un problema global” La Nación (05/04/16) http://www.lanacion.com.ar/1886434-barack-obama-sobre-los-panama-papers-la-evasion-fiscal-es-un-problema-global
[10]    “Pero ¿qué faltó?” El Observador (08/04/16) http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?304701,17
[11]    Ver en este blog “El enjambre del ensamble: la porno-familia Sexxxton” http://ricardoviscardi.blogspot.com.uy/2013/02/elenjambre-del-ensamble-la-porno.html

martes, 19 de abril de 2016

EL PROBLEMA DE LA UNIDAD EN UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (Análisis de la estrategia del Partido Comunista Uruguayo a la luz de los resultados)


Por José Luis Perera
 
-  SEXTA PARTE -

SEGUNDA CARTA A LOS SOCIALISTAS

 
En la segunda carta a los socialistas (año 1956), el PCU decía:
Cuando tantas ilusiones quiebran en las masas por la conducta de las clases dominantes, la actuación concertada de comunistas y socialistas aglutinará a todos los sectores patrióticos con la vista puesta en las transformaciones democráticas, antiimperialistas y antifeudales, que las relaciones económico-sociales del país reclaman”.

Sin embargo, vemos –lamentablemente- en lo que han quedado las “transformaciones antiimperialistas” y antifeudales, cuando hemos tenido que asistir a la actuación de un presidente (casualmente perteneciente al Partido Socialista en ese momento), que firmó un Tratado de Protección de Inversiones con ese imperialismo; que buscó por todos los medios firmar un TLC, que envió tropas a Haití a hacerle el trabajo sucio al imperialismo, y que puso la frutilla de la torta arrodillándose ante el imperio para pedir al mayor genocida de la historia de los EEUU que asustara a nuestros hermanos argentinos. Pero que además volvió a ser promovido fervientemente como candidato para las siguientes elecciones, hasta por el propio Partido Comunista.

No quiero abundar en estas cuestiones, que se repiten a lo largo de la historia del PCU, y que tienen que ver con su concepción de una lucha frontal contra los problemas centrales de nuestro país: el imperialismo, el latifundio y el gran capital. Pero es bueno por ejemplo citar a Arismendi en el Informe al XVII Congreso:

La persistencia de la opresión nacional y de tareas económico-sociales de la revolución democrático-burguesa en el aspecto agrario, definen el doble carácter de la revolución y de las fuerzas que se le alinean. b) Partiendo de estos datos objetivos, concentra el fuego contra el imperialismo norteamericano, principal opresor del país y de América Latina y organizador de la guerra y la reacción en escala internacional, y contra los grandes terratenientes y grandes capitalistas antinacionales. Los objetivos de la revolución consisten primero, en la liberación económica total del país de la dominación imperialista; se asegura así una base sólida para una política consecuente de paz e independencia. De este modo, liquida a la vez, toda forma de subyugamiento a los monopolios imperialistas, particularmente norteamericanos y el conjunto de pactos y medidas políticas y militares que comprometen la República a la política bélica norteamericana. Los objetivos antiimperialistas (nacionales), de la revolución se entrelazan con sus objetivos agrarios y antifeudales (democráticos): efectuar una reforma agraria radical que concluya con la propiedad latifundista de la tierra y los resabios semifeudales. Ello impulsará el amplio desarrollo de las fuerzas productivas, el desenvolvimiento de la industria, la ganadería y la agricultura, y cambiará las condiciones de atraso social, miseria y sufrimiento que afecta a las grandes masas de la población”.

Más de 50 años después, y además de lo ya dicho respecto del imperialismo, del gran capital y el latifundio, el gobierno que integra el PCU tiene en manos un proyecto (aún no descartado) de acuerdo de defensa con el imperialismo yanqui, lo que deja por el camino además el objetivo de liquidar el conjunto de pactos y medidas políticas y militares que comprometen la República a la política bélica norteamericana.

UNA CONTRAREFORMA AGRARIA
Medio siglo después, ahora codo con codo, no solamente con los socialistas, sino con aquellos que empuñaron las armas al grito de “Por la tierra y con Sendic”, el problema de la tierra se ha profundizado con los gobiernos del Frente Amplio.

En la última década hemos asistido a una profunda transformación de la estructura agraria de la mano de la expansión e intensificación de las relaciones capitalistas en el campo, con el protagonismo de empresas regionales y transnacionales financiadas por el capital financiero. Estamos asistiendo a la consolidación del agronegocio en rubros como la soja, el trigo, la forestación, la ganadería y el arroz, todos rubros orientados a la exportación.

En el caso de la forestación, hemos llegado a un escenario en el cual tres empresas extranjeras controlan 650.000 hectáreas, cerca del 70% de la superficie forestada en el país. Estas mismas empresas también controlan la fase industrial y de comercialización: UPM (ex-Botnia) y Montes del Plata montaron, gracias a la concesión estatal de zonas francas libres de impuestos, mega-industrias de producción de pulpa de celulosa.

En el caso de la agricultura (soja y trigo fundamentalmente) 8 empresas, 7 extranjeras y una nacional, controlan 600.000 hectáreas, 50% del área sembrada. Las principales transnacionales agrícolas están presentes en Uruguay, en particular controlando la venta de insumos (Monsanto, Nidera, BASF) y el acopio y comercialización de los granos (Cargill, ADM, Bunge). Recientemente se conoció que estamos en el 10º lugar en el mundo en cuanto a superficie destinada a la producción de transgénicos.

La ofensiva del capital transnacional en el sector agropecuario provocó un intenso dinamismo en el mercado de tierras. América del Sur es una de las zonas del planeta más codiciadas por los compradores de tierra, lo que agudiza la concentración de la tierra en la zona del mundo donde este recurso está peor distribuido.

Las cifras del Censo General Agropecuario no hacen más que confirmar el proceso: entre 2000 y 2011 los uruguayos pasaron de controlar del 90,4% al 53,9% de la superficie productiva nacional, mientras que las personas jurídicas (sociedades anónimas en su mayoría) pasaron de controlar 1% a un 43,1% del territorio, apropiándose de casi 7 millones de hectáreas en sólo 11 años; mientras tanto la concentración de la tierra aumentó siendo que el 70% de los productores más chicos controlan sólo el 10% de la superficie, al tiempo que el 10% más grande acapara el 61% de la superficie nacional.