domingo, 24 de abril de 2016

Daños colaterales de la ley anti-varón


El Consejo de Ministros del gobierno (Frente Amplio, izquierda neoliberal), ha enviado al Parlamento un proyecto de ley contra la violencia de género hacia la mujer, que no sólo rompe uno de los principios del pacto republicano, la igualdad formal ante la ley entre personas capaces, sino que con seguridad dejará un tendal de víctimas entre varones inocentes, niños utilizados como rehenes y abuelos alejados de sus nietos.

La lógica del proyecto se parece demasiado a la de los que piden un Estado policial: ante las dificultades que se presenta a la hora de reprimir a los delincuentes, denle rienda suelta a la violencia del Estado, eliminen o suspendan las garantías constitucionales de los señalados como delincuentes (y por añadidura la categoría social a la que pertenecen: los pobres) y saquen a los militares a la calle. En esta lógica de guerra, el enemigo es expulsado del campo de lo plenamente humano o colocado en posición subordinada, en una categoría social cuyos Derechos Humanos coliden con los de las categorías socialmente mejor valoradas. En todo caso, cuando la evidencia muestra el volumen de los "daños colaterales", es decir la cantidad de víctimas inocentes y la profundidad de los daños, la misma es reinterpretada y reducida en su valor social en tanto medio para cumplir un bien superior que lo justifica.

En el nuevo proyecto, las garantías legales de los varones adultos se desvanecen ante la sola potencia del relato de la mujer que se presenta como víctima, sin necesidad de presentación de pruebas materiales de su acusación, sin inmediata defensa del acusado. El relato es evaluado por un grupo de expertos (mayormente "expertas") imbuídos en una versión más bien esencialista de la teoría de género, y la valoración del desempeño lingüístico y actoral de la acusadora, viene a sustituír a la prueba en un "juicio justo" dentro de nuestros parámetros culturales. De este modo se busca un atajo para sortear la dificultad probatoria de las mujeres víctimas de la violencia por parte de varones, que es una dificultad real, sin dudas, y que mantiene a muchos varones violentos en un lugar de impunidad. El problema está en que se abre la puerta al uso del medio judicial para la agresión a través de la denuncia falsa contra los varones. en este sentido es significativo que los voceros de este tipo de solución inmoral se empeñen en demostrar la inexistencia de las denuncias falsas en esta materia, o su condición estadísticamente despreciable.

Según los discursos de género, la dominación masculina, el patriarcado, sería una pauta cultural transversal que, a la vez que construye entre los humanos -cuya potencial diversidad biológica y psíquica es amplia- una reducción binaria en la cual el lugar "mujer" está ligado a las tareas reproductivas (biológicas y económicas). Esta distancia respecto de los medios de producción (ya sea en la condición de propietaria, gestora o asalariada) genera una desventaja evidente para las mujeres, que se profundiza sobre el final del período feudal, ya que, como bien señala Federici, el sometimiento de la mujer al lugar de ama e casa era una necesidad funcional del capitalismo naciente, en la medida que la relación asalariada (y el final de la esclavitud y la servidumbre) desplaza el costo de la reproducción de la fuerza de trabajo del amo y el señor a la unidad familiar del asalariado. Diría Foucault que el sometimiento de la mujer y su simultánea posición como agente disciplinador dentro del hogar, garantizando la regularidad de los ritmos de alimentación, sueño, higiene, colaboró en la sujeción de la clase obrera al aparato productivo. La segunda mitad del S XX si bien posicionó a las mujeres más cerca del aparato productivo, dándoles de hecho medios materiales para una mayor autonomía relativa respecto de los varones, las sobrecargó con un doble trabajo: fuera y dentro de casa. De ahí que las feministas radicales de izquierda, interpretaban correctamente que la liberación de la mujer es una causa anticapitalista y no hay superación posible del capitalismo sin ella. La mujer que se libera, libera al varón, libera a todos.

El problema, tal vez, ha sido que la pérdida de la esperanza y de los proyectos sociales concretos de superación del capitalismo, ha subsumido a algunas variantes del feminismo en una condición de pérdida de la vocación de movimiento por la universalidad. Es decir, se han volcado a un narcisismo posmoderno y autocomplaciente, a un refuerzo continuo de la propia identidad de género que ha reinterpretado a las teorías de género de modo esencialista: la mujer sólo puede ser víctima y el varón sólo victimario, en el marco de un patriarcado total, siempre vigente. Esto a su vez, se agencia con la expansión de un discurso público anti-varón, que se manifiesta en el humor y la promoción de estereotipos denigrantes contra los varones en los medios masivos de difusión: el varón es desordenado, haragán, violento, poco sensible, heterónomo y egoísta; una misandría que se va naturalizando, apoyándose en la culpa colectivizada dentro de la categoría "varón" por las históricas y actuales violencias contra las mujeres, situándolo como encarnación del Mal. De modo simétrico, todo lo que se dice sobre las mujeres en el discurso público es positivo: abnegada, sacrificada, pacífica, ordenada, resiliente, autónoma y solidaria, la encarnación del Bien. De aquí que la violencia de las mujeres contra los varones sólo puede verse, en la más benigna interpretación ginocéntrica, como una eventual particularidad psíquica, estadísticamente insignificante, y en la más extrema, como una imposibilidad en el campo de lo real. No es admisible dentro del discurso una relación de dominación en la cual el papel dominante lo ocupe la mujer y en el cual ésta ejerza diversos modos de violencia contra el varón. Por ejemplo, la cifra de varones muertos en el ámbito familiar a mano de sus parejas mujeres, tiende a suprimirse en los reportes sobre violencia doméstica o a ser codificado de modo automático, sin investigación, como acto de reparación por un agravio machista, a tal punto que en España, cuya legislación es modelo para la ley anti-varón uruguaya, se ha prohibido publicar esas cifras, para evitar que se debilite la interpretación victimista de la mujer.

Los grupos feministas "de la diferencia" y "radicales" que se han encaramado a los aparatos del Estado, tienen especial cuidado en atacar y difamar al feminismo igualitarista y al feminismo "queer". Al primero por su pretención igualitarista y universal y al segundo por su sofisticada deconstrucción y ataque al binarismo, al dualismo primitivo que no permite comprender la dinámica de las relaciones de poder, el carácter arbitrario de la construcción de los géneros, históricamente situable y sobre todo el hecho que la posición dominante puede ser ocupada también por las mujeres, que también son humanas y por lo tanto moralmente falibles.

Esta nueva ley podría redefinirse como "ley de condena del varón por sola voluntad de la mujer". Paradójicamente, esta carta blanca a la violencia de género contra los varones utilizando el brazo derecho del Estado, no reducirá la violencia de género contra las mujeres. El alejamiento inmediato de los hijos por tres meses, la enajenación de los bienes del varón en favor de su pareja mujer, estas dos medidas dictadas como "cautelares" por sola denuncia, y ni que decir la propuesta exculpación del homicidio del varón por "sufrimiento prolongado" de la mujer, no harán otra cosa que generar más distancias, miedo, odio, violencia, en todas las direcciones posibles.

Las mujeres tienen derecho a la protección social contra la violencia machista y la discriminación, pero este no es el camino.

Imagen: LicenciaAtribuciónNo comercial Algunos derechos reservados por khengsiong

2 comentarios:

  1. El 84% de los niños sufre maltratos por personas dentro de su núcleo familiar http://www.mides.gub.uy/innovanet/macros/TextContentWithMenu.jsp?contentid=14001

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  2. lastimosa ley violatoria articulo tras articulo de los mas básico derechos, aquellos que llaman inherentes a la persona humana.

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