domingo, 14 de febrero de 2016

Reivindicación de la inteligencia humana


Por Fernando Gutiérrez Almeira



Tomé un lápiz y un papel y comencé a desarrollar sobre el papel un recorrido, algo que podríamos llamar un patrón o diseño. El resultado fue el que se puede ver en el dibujo con que acompaño este texto. Ahora mi pregunta es: Si un observador que no sabe el origen de este dibujo sobre el papel se enfrenta a la necesidad de determinar si se trata del producto de una actividad inteligente o no, ¿qué diría? Si considerase que los materiales implicados en el proceso son el producto de un diseño técnico desde el arranque ya le resultaría fácil decir que se trata de una producción inteligente aún sin considerar las características del dibujo así que supongamos que el observador no puede utilizar como elemento de prueba la modificación técnica que los materiales presentan. Limitándose puramente a la consideración del dibujo debería tener en cuenta, a su vez, que en la naturaleza se presentan muchos patrones complejos, que aunque no puedan ser considerados diseños inteligentes, en el sentido de ser patrones producidos por una inteligencia, si tienen características muy similares a muchas de las cosas que nosotros mismos diseñamos de manera inteligente, por ejemplo los caparazones de muchos moluscos, las formaciones cristalinas, las estructuras de carácter geométrico en el cuerpo de los seres vivos, etc. Así que se preguntará, nuestro observador, si el patrón que ve sobre el papel puede ser el producto de un proceso natural no inteligente. Ahora bien, si fuera yo el que tuviera que responder bajo esas condiciones, diría que cualquiera de las dos respuestas resultan válidas, es decir, que bien pudiera ser un patrón producido por un proceso natural no inteligente, como lo es el patrón que podemos ver en el caparazón de la tortuga radiada de Madagascar.





 Lo que acabo de decir puede parecer una afirmación más al pasar, sin la menor trascendencia, pero resulta que lo que acabo de decir es que no veo posible, en lo fundamental distinguir la actividad inteligente de la actividad no inteligente en la producción de patrones…y que no parece haber un criterio claro por ningún lado para distinguir diseños inteligentes de patrones naturales. Esto bien podría servir como argumento para aquellos que consideran que la naturaleza es un producto de una inteligencia cósmica de fondo, de una conciencia de fondo, pero yo prefiero decir, por el contrario, que lo que permite afirmar este hecho tan simple de constatar es que la inteligencia es un proceso natural como cualquier otro, y que la producción de diseños por una inteligencia no es un fenómeno radicalmente distinto de la producción de patrones por parte de fenómenos naturales. Porque en realidad para llegar a esta situación tan intrigante en nuestra disquisición hemos obviado que mi dibujo se desarrolló sobre materiales modificados técnicamente, y que si el observador tuviera en cuenta esto, podría decir con mayor seguridad que el dibujo y la hoja que lo contiene son el producto de una inteligencia, están diseñados inteligentemente. Así que ahora tenemos una conclusión más amplia que asumir. Por un lado podemos asumir que hay una profunda continuidad entre la inteligencia con sus diseños y la producción natural de patrones, y por el otro también podemos decir que la ruptura que nos permite distinguir el diseño inteligente de la producción no inteligente de patrones es la presencia de la modificación técnica. Pero, ¿qué es la modificación técnica? Bueno, supongamos que el observador realiza un análisis químico del papel sin saber en principio que se trata de papel y que también analiza el rastro del lápiz. Lo que debe descubrir es que en los materiales, y en la forma en que se presentan los materiales ha intervenido un ser vivo, pues eso es, en principio, la técnica: la intervención de un ser vivo sobre sustancias u objetos a fin de utilizarlos para sus fines. Si nos quedáramos en este punto, podríamos decir que el observador se encontraría plenamente satisfecho y seguro de haber encontrado inteligencia en mi dibujo al descubrir en el la presencia de la intervención intencional de un ser vivo en la formación de los materiales además de la presencia de patrones complejos en el dibujo, que por lo tanto podría catalogarlo de dibujo. Sin embargo, aún le quedaría una duda, pues es cierto también que muchos animales a los que no consideramos inteligentes producen patrones complejos modificando intencionalmente objetos y sustancias y para ejemplo alcanza con recordar el nido del hornero…


Se me puede decir a esta altura que una actitud realista por parte de nuestro observador hipotético le podría permitir rápidamente después de los análisis químicos, estructurales y demás, de mi papel con su dibujo, concluir sin lugar a dudas que se trata de un diseño inteligente. Pero veamos el asunto desde otro punto de vista. ¿Qué pasaría si dicho observador tuviera que determinar si el nido del hornero es el producto de una inteligencia o no lo es? Se encontraría con que no solo hay en él un patrón complejo sino una intervención intencional y muy utilitaria para la obtención de un objeto, de un instrumento, a partir de sustancias modificadas. Si para el la técnica se redujera a esta clase de intervención no podría menos que decir que los horneros son seres inteligentes. Y de nuevo aquí me permito decir que no solo nuestra inteligencia presenta una profunda identidad de fondo con las características de cualquier proceso natural no inteligente, sino que tiene incluso una tremenda hermandad con la actividad mental de seres vivos como el hornero a los cuales no consideramos, sin embargo, inteligentes. Podríamos decir, para cerrar el caso, que los horneros tienen algún grado de inteligencia, y no parece que se puedan dar grandes objeciones al respecto, pero prefiero decir, en cambio, que nuestra inteligencia no se distingue mucho, en principio, de la actividad mental de muchos otros seres vivos. Así pues, queda pendiente tratar de determinar si aún queda alguna manera de averiguar por parte de nuestro observador hipotético si mi dibujo no será en realidad la producción de un ser vivo no inteligente pero que puede realizar acciones muy similares a las acciones técnicas. En realidad, aunque a esta altura pareciera que finalmente voy a decir que no hay manera en que dicho observador puede acertar sobre si mi dibujo es o no un diseño inteligente, un dato fundamental que le permitirá definir que es así es justamente el análisis químico del rastro del lápiz y del papel, pues este no solo permite determinar la presencia de la intervención de un ser vivo en su constitución sino algo mucho más importante y es que ese ser vivo es capaz de realizar modificaciones químicas controladas a partir del CONTROL DE LA ENERGÍA. En ese sentido la forma más simple en que se podría constatar la presencia de inteligencia en cualquier parte es a través de rastros de alimentos cocidos, pues el control del fuego para cocinar debe ser, pienso, la más simple forma de expresión de la inteligencia bajo ese criterio.


Otro dato fundamental, que también podemos agregar como criterio del observador para determinar la naturaleza intelectual de mi dibujo, es el hecho de que el rastro del lápiz exhibe la presencia del uso de un instrumento para crearlo, es decir, que no se trata de un mero patrón realizado por un ser vivo sino de un patrón realizado por un ser vivo mediante un instrumento, o bien, un PATRÓN INSTRUMENTAL. Así por ejemplo el nido del hornero es, sin lugar a dudas, un patrón realizado por un ser vivo, pero en la creación del mismo no interviene un instrumento destinado a desarrollarlo, y recíprocamente, si se consideran los instrumentos de piedra creados por el ser humano primitivo, incluso por nuestro antecesor el homo erectus, se puede constatar que para su creación debieron usarse otros instrumentos de piedra, aunque más no sea las propias piedras sin modificar. Esto quiere decir que debemos considerar que un diseño inteligente es un patrón instrumental, es decir, generado mediante instrumentos.


Pero no es casual que haya mencionado al homo erectus porque si bien fue capaz de controlar el fuego y producir herramientas de piedra, no necesariamente podemos decir que se trató de un ser realmente inteligente, sino de una manera apenas incipiente, con una especie de proto-inteligencia. En todo caso, el que poseyera estas capacidades, la capacidad de utilizar instrumentos y de controlar la energía, ya lo perfilaba en dirección a la vida inteligente de la cual somos representantes y eso nos permite decir que no hay una clara delimitación a este nivel de análisis y de prueba entre vida inteligente y vida no inteligente y que aún podríamos esperar que el observador pensase que bajo estas condiciones se podria dudar de la naturaleza inteligente de mi dibujo. Por lo tanto, hagamos un último esfuerzo para dar a nuestro observador un criterio definitivo que le permita determinar claramente que esta ante un diseño inteligente. Para ello consideremos la función misma del papel y del lápiz, la funcionalidad de ambos instrumentos en su combinación: ¿para qué los utilizamos? Lo primero que se nos viene a la mente, pienso yo, es que los utilizamos para representar, porque nos vemos tentados a pensar, en principio, que mi dibujo y cualquier diseño que planteemos con el lápiz sobre el papel terminan siendo una representación. Pero en realidad yo expresamente evité desarrollar un dibujo que se pudiera tomar como una representación, es decir, como un intento de recrear la forma de un objeto preexistente como podría ser el sol o un árbol o una persona. No se trata de una escritura, ni de una representación, sino de lo que podriamos llamar DISEÑO EXPRESIVO. La primera forma de DISEÑO EXPRESIVO prehistórica que se conoce es la impresión de la huella de las manos y pienso que es la más elemental, atreviéndome a decir que es el indicio claro de que surgían finalmente en nuestro planeta los seres inteligentes.


 Dejemos bien claro que el DISEÑO EXPRESIVO exige por un lado que exista DISEÑO INTELIGENTE, MANEJO DE INSTRUMENTOS y CONTROL DE LA ENERGÍA, y por el otro que debe distinguirse de los procesos de representación o de producción de signos para la comunicación. El diseño expresivo (que tal vez podríamos considerar la forma más elemental del arte) es un indicio de inteligencia en la producción técnica y no podemos decir, pienso yo, que hay con seguridad técnica hasta no encontrar el diseño expresivo entre las modificaciones intencionales que produce un ser vivo al crear diseños. Bajo esta definición mi dibujo se vuelve fehacientemente el producto de una inteligencia que abarca necesariamente estos tres atributos: la capacidad de utilizar instrumentos, la capacidad de controlar la energía y la capacidad de expresarse mediante diseños. En mi dibujo, en cambio, no hay representación ni significación, por lo cual puedo decir que el lenguaje es una producción ulterior de la inteligencia y no lo que la define como tal. Con esto último quiero responder a la continua afirmación que muchos realizan en el sentido de que lo que define a la inteligencia humana es la producción de representaciones y signos, o la existencia de un lenguaje. Esto no es cierto, pues, así como la impresión de manos de los seres humanos antiguos no es más que el acto de plasmar la forma por si misma, en cuanto diseño expresivo y técnica que no representa nada ni significa nada, así también podemos producir inteligentemente infinidad de diseños a cual más sofisticado que tampoco representan ni significan nada, como ocurre con la mayoría de los diseños geométricos…


Es importante entender esto último porque es costumbre entre los amantes del lenguaje pretender que el pensamiento y la inteligencia se reducen a meras adyacencias del habla y la escritura, o bien, que la conceptualización y producción técnica humanas no son más que una derivación de las capacidades de representar y significar. Al contrario, afirmo basándome en toda la argumentación que he desarrollado, que el habla articulada técnicamente (la técnica del habla) y la técnica de la escritura, son desarrollos posteriores de la capacidad técnica de nuestra inteligencia aplicadas a la comunicación social. Es decir, el lenguaje humano es una producción técnica, tanto a nivel del habla como a nivel de la escritura, mientras que el pensamiento existe ya en la forma en que yo he realizado mi dibujo no representacional y no sígnico, es decir, en la forma del despliegue del diseño expresivo y la técnica. Con lo cual estoy diciendo que pensar es diseñar técnicamente en nuestra mente lo que luego diseñaremos en concreto utilizando los objetos y sustancias que nos rodean y así como podemos pensar palabras, con lo cual estamos de algún modo realizando una anticipación mental interna del habla y de la escritura, así también podemos pensar acciones, movimientos, formas, colores, combinaciones de objetos y de sustancias, y así infinitamente, no existiendo frontera entre pensamiento verbal y no verbal. Incluso, diré, el pensamiento no necesariamente se presenta como una anticipación de la acción técnica posterior, sino que puede darse mientras actuamos, como cuando un bailarín realiza una danza compleja o un músico toca una impactante sinfonía. ¿Diremos acaso que el pianista que despliega durante una hora una magistral técnica musical no está pensando mientras se concentra en su partitura, en el uso de su instrumento, etc.? De ningún modo, porque la música desde el punto de vista del artista que la produce también es una forma del pensamiento, de la aplicación de la inteligencia a la producción conceptual, y sin duda de las más sofisticadas.



En fin, que el lenguaje articulado y la escritura sean técnicas privilegiadas con las que logramos captar el mundo, permitiéndonos desarrollar el conocimiento filosófico y científico, no quiere decir que debamos creer que el pensamiento y la inteligencia solo son derivaciones del dominio del lenguaje. Esto, además de falso, va en detrimento de nuestra comprensión de la naturaleza misma de nuestra inteligencia y de su ligazón profunda con los procesos naturales y las conductas de los demás seres vivos y nuestros antepasados biológicos. Pero no solo eso, sino que es un síntoma de que quienes han mantenido el dominio de la cultura mediante el dominio del lenguaje, y sobre todo de la escritura y de la producción escrita, se han puesto a si mismos en el centro de lo humano, llamándose a sí mismos inteligentes y civilizados, mientras menospreciaban a todos los pueblos que no han podido detentar ese dominio. La reducción del pensamiento al lenguaje conlleva la reivindicación del sometimiento mediante la imposición de las representaciones, las palabras y los símbolos, es decir, está asociada al ejercicio de la hegemonía cultural.

2 comentarios:



  1. Fragmento de una respuesta que he dado a Pilar Bruno en Facebook:

    1)…
    2)Mi texto habla especìficamente del lenguaje articulado humano y de la escritura, es decir, de la tècnica del habla y de la tècnica de la escritura. Es decir que doy por sobreentendido que el lenguaje propiamente humano no es cualquier lenguaje sino uno tecnicamente ensamblado. Si te fijàs un poco cada letra para su pronunciaciòn necesita una tècnica, una manera de colocar los mùsculos, la lengua, de activar la respiraciòn, de controlar esa respiraciòn. Y eso es tècnica. Lo que yo esto diciendo es que la tècnica abarca al lenguaje humano como uno de sus desarrollos y como la tècnica se despliega no solo como lenguaje puedo decir perfectamente que la inteligencia, al desplegarse como tècnica, no solo se despliega como lenguaje, como tècnica del habla y la escritura, sino que estas tècnicas son solo una expresiòn ulterior de la inteligencia. Es decir, esquematizandote el argumento: la inteligencia humana despliega el lenguaje articulado y la escritura como uno de sus desarrollos particulares y decir que la tècnica y la inteligencia estàn subordinadas a una de sus expresiones particulares es invertir la relaciòn falsamente. Que luego esas tècnicas, que se desarrollan en la comunicaciòn social, se vuelvan preponderantes y fundamentales para construir la cultura no hace menos cierta esta afirmaciòn.

    3) Decis que un arbol solo cobra sentido y existencia para mi o para vos o para cualquier ser humano en la medida en que se le atribuye un nombre. Lo que obvias, evidentemente, es que yo no puedo nombrar algo a lo cual no he concebido previamente mediante la percepcion, la acciòn y en fin, la interacciòn con ese algo. Salta a la vista que yo no puedo nombrar y nadie puede nombrar aquello que ya no ha sido conocido y distinguido. Tal es lo que ocurre con la afluencia de nuevos tèrminos en ciencia y filosofìa. El cientìfico y el filòsofo llegan a concebir un nuevo concepto, un nuevo objeto de observaciòn, y luego lo nombran. El nombre hace posible que lo concebido internamente por dos interlocutores humanos se convierta en una concepciòn compartida. Pero no se puede compartir aquello que todavìa nadie posee, y por lo tanto no se puede nombrar un concepto a los fines de comunicarlo sin que al menos uno de los interlocutores lo poseea previamente. Asi es como se dan a conocer nuevos conceptos por parte de sus creadores, nombrandolos y tratando de imbricar su nombre en el tejido simbòlico de lo ya nombrado. Asi, en mi texto, surgen conceptos nuevos, como el de diseño expresivo, que nombrè y di a entender a travès de la imbricaciòn con conceptos que previamente estaban socializados como el de diseño y el de expresiòn por separado. Eso quiere decir que la formaciòn del concepto no se produce al aparecer el nombre sino que el nombre en realidad es la coronaciòn del proceso de su formaciòn con el fin de socializarlo.

    4) Si el pensamiento o la conceptualizacion solo fuera posible por la preexistencia de un sistema simbolico social dado nadie podria jamàs adivinar siquiera de donde surgen los sistemas simbolicos. ¿De donde? ¿Se los impuso la naturaleza a la mente humana? ¿Es el verbo divino? Los sistemas simbolicos, estimada, se construyen, se diseñan, y es la inteligencia el agente de esa construccion. Decir que la inteligencia humana solo es posible por la preexistencia de sistemas simbolico que la habilitan es invertir la relacion. Por supuesto que es mejor para cualquier ser humano nacido encontrarse con que su sociedad ha elaborado ya un sofisticado mapeo conceptual del mundo, pero en el origen prehistorico del hombre dificilmente existieron esos mapeos conceptuales y los individuos tuvieron que ir contruyendo con su inteligencia diferentes mapas simbolicos del mundo desde cero.

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  2. Continuación de mi respuesta a Pilar Bruno...(a la cual le agradezco la oportunidad)

    5) He pulido el texto lo màs posible porque parece que induce a la confusion sobre lo que he dicho del hornero y del homo erectus. Jamàs dije que posean inteligencia fehacientemente, solo he dicho que podria suponerse tal cosa, pero que YO PREFIERO decir, por el contrario, que en todo caso sus mentes tienen o tuvieron similitudes con la mente inteligente que no hay que despreciar. El problema de sostener que la inteligencia no existe fuera del dominio simbólico es justamente ambientar el desprecio hacia formas mentales que no son tan alejadas de la forma mental humana.

    6)… a cada paso de mi texto voy mostrando con el mayor cuidado que puedo, las fases reconocibles de mi determinacion del concepto de inteligencia que termina desgranandose en la siguiente definicion. Diremos que hay inteligencia en cuanto aparecen en la actividad de un ser vivo estas tres caracteristicas: 1) Uso de instrumentos para la creacion de sustancias y objetos que exhiben patrones regulares, es decir, creacion intrumental de productos. 2) Control de la energia medioambiental, al menos en la forma del control del fuego. 3) Lo principal, diseño expresivo, que abarcando las otras dos caracterìsticas, agrega el hecho de que el diseño no exhibe el propòsito de plasmar el diseño con un fin utilitario ulterior, sino solo el de plasmarlo, expresàndose. En este punto podras decir que toda expresion es social pero por el contrario lo que hacian los hombres primitivos plasmando sus manos se debia parecer mas a lo que hace un niño jugando con plastilina…solo està poniendo en juego su inteligencia sobre el mundo libremente…y por eso dije que esa debia ser la primera forma del arte. De nuevo, agrego, muchos diseños geometricos hermosos, como los de muchos mosaicos, no tienen la finalidad de comunicar, sino que solo expresan la voluntad de modificar el mundo sin ulterior utilidad, y eso es diseño expresivo.
    7)…

    8)Yo no me refiero a las hegemonias simbolicas particulares, me refiero a la estrategia general para el establecimiento de esas hegemonias, y esa estrategia consiste basicamente en someter la inteligencia al poder del lenguaje, de someter incluso la vida al poder del lenguaje. Los nombres no solo permiten el intercambio conceptual, son tambien una manera de apoderarse del mundo.

    9) Que no podamos concebir el mundo mediante un empirismo puro no quiere decir que exista otra fuente de conocimiento del mundo que la percepcion y el procesamiento mental de lo percibido. Que la construccion teorica o simbolica guie la percepcion del mundo no quiere decir que esta guia sea la que permita la percepcion misma…al contrario, no seria posible ninguna construccion teorica sin el elemento empírico.

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